00:00:00SOLEDAD PALACIOS: Today is February 22. We are in Athens, Georgia, and this
is an interview for the oral history project for UGA. We are here with Mr. --
RAMÍREZ: Antonio Ramírez.
PALACIOS: -- Antonio Ramirez, and the restaurant, the name of the restaurant is --
RAMÍREZ: Tlaloc el Mexicano Restaurant.
PALACIOS: -- that. OK. All right.
CHRISTIAN LOPEZ: Do you want to say that in Spanish?
PALACIOS: Yeah. La fecha de hoy es Febrero 22 del año 2016, y estamos en el
restaurante Tlaloc en Athens, Georgia para la entrevista al señor Antonio
Ramírez para el proyecto de historia oral de la Universidad de Georgia. OK.
Bueno, Mr. Ramírez. ¿A usted le dicen Mr. Ramírez?
00:01:00
RAMÍREZ: No.
PALACIOS: ¿Don Antonio? ¿Cómo le dicen?
RAMÍREZ: Me dicen el viejo.
PALACIOS: ¿Le dicen el viejo?
RAMÍREZ: Sí.
PALACIOS: ¿La gente de acá del restaurante le dice así?
RAMÍREZ: Tengo muchos amigos en el pueblo que me conocen, pues prácticamente
desde que llegué, y me ha gustado participar en el futbol. Entonces, casi
siempre, pues son gente más joven que yo, que todavía tiene mucha vitalidad.
Entonces, como yo ya estoy, pues ya tengo 60 años casi, entonces por eso me
dicen, “El viejo, el viejo, el viejo, el coach viejo, el coach viejo.” Y
como que la gente se acostumbra, y escuchan, y ya después cuando vienen,
“¿Ah, qué hubo, viejo? ¿Qué hubo viejo?” Y en el restaurante, pues todo
el mundo me dice el viejo.
PALACIOS: O, OK. Ese es su apodo.
RAMÍREZ: Como un apodo.
PALACIOS: ¿Es como un apodo, no? Sí. ¿Cuénteme,
00:02:00en qué año llegó usted a Estados Unidos?
RAMÍREZ: Como en el ’95, por ahí.
PALACIOS: ¿Y de dónde venía usted?
RAMÍREZ: De la Ciudad de México.
PALACIOS: ¿Y quién lo trajo para acá?
RAMÍREZ: Bueno, mis cuñados, los hermanos de mi esposa, ya tenían tiempo
aquí en Estados Unidos, tres, cuatro años, cinco años, antes que yo. Yo tuve
un problema en México. En México, me dedicaba al transporte urbano.
PALACIOS: ¿Manejaba buses, o?
RAMÍREZ: Manejaba, y aparte, trabajaba en la gestoría de la línea, y pues
tenía yo otros cargos dentro. Yo administraba autobuses, y aparte, tenía los
míos, y pero, bueno, tuvimos un problema legal, y pues por la corrupción del
gobierno, pues nos ganaron la pelea legal, y de pronto, nos quedamos sin nada.
00:03:00Nos dejaron en la calle. Nos corrieron de la empresa, y pues yo debía mucho
dinero porque estar pagando abogado, abogado, abogado; eso desgasta muchísimo.
PALACIOS: Claro.
RAMÍREZ: Es una experiencia muy mala, y de repente yo debía, pues algo de
dinero en México. Ya me preocupaba el dinero que yo debía, pues nunca me ha
gustado deberle a nadie, verdad. Y, pues una de las opciones fue venir acá a
los Estados Unidos a trabajar. Mis cuñados me ayudaron a venir para acá, y
cuando yo llegué aquí en éste pueblo, uno trabajaba en la pollera, otro
trabajaba en el cable, y otro en construcción.
Y, pues ya me preguntaron que dónde quería trabajar, y pues yo venía a ganar
dinero, verdad, y me fui a trabajar a construcción. Hacíamos carreteras en ese
00:04:00entonces. Trabajaba en una compañía que hacía carreteras de concreto. Y,
bueno, así empezamos. Así empezamos; trabajando, trabajando.
PALACIOS: ¿Vino directamente a Athens?
RAMÍREZ: Sí. Sí, llegué a éste pueblo. Claro, no siempre he estado en
éste pueblo. La familia sí, verdad, pero yo, como me ha gustado seguir la
compañías grandes porque en esas compañías nunca falta el trabajo. Si hay
invierno, si hay verano, siempre tienen trabajo. Entonces, pues es difícil
quedarse sin trabajar. Hay que trabajar. Entonces, por eso si el proyecto era en
Carolina, pues yo voy a Carolina. Si era en Tennessee, pues yo voy a Tennessee.
Donde la compañía tenía su proyecto, ahí estábamos nosotros, sí, trabajando.
PALACIOS: Siempre la construcción es. ¿Cuántos años estuvo haciendo eso?
RAMÍREZ: Como unos 13, 14 años.
PALACIOS: O, bastante.
RAMÍREZ: Sí, bastante. Y, bueno, para nosotros, pues que somos gente que no
00:05:00estudiamos, verdad, no tenemos una preparación técnica, pues aquí en Estados
Unidos la construcción es muy buena en verdad porque empieza uno de labor como
cualquiera porque independientemente de que no tiene uno la experiencia, pues el
idioma es algo difícil porque, pues no entiende uno nada. En México, pues no
mucho se preocupa uno por hablar inglés porque no es muy necesario, verdad --
PALACIOS: Claro.
RAMÍREZ: -- pero, pues llega uno aquí--
PALACIOS: ¿Y cómo le hizo con eso?
RAMÍREZ: Pues con mucho esfuerzo.
PALACIOS: ¿Sí?
RAMÍREZ: En el grupo donde estábamos, nada más mi cuñado y yo éramos los
únicos hispanos. De ahí, pues güeros, morenos trabajando, pero mi cuñado,
00:06:00pues andaba en un grupo. El trabajo estaba dividido en grupos, verdad. Unos
hacíamos una cosa, otros otras, y mi cuñado, pues como él ya tenía mucho
más experiencia, tenía otro grupo, y a mí me pusieron con un moyito, un
negro, que era mi patrón. De hecho, los morenitos como que arrastran un poquito
más las palabras, y es más difícil entender.
PALACIOS: Sí.
RAMÍREZ: Y cuando me mandaba, por decir, a traer un martillo o algo, decía
yo, “¿Qué me dijo, y qué me dijo?” Atinándole porque no, no, no, pero,
pues pensando, “¿Y ahora qué hago? ¿Qué hago? Me tengo que conservar.”
Y, pues la gente se desespera, verdad, porque uno no entiende. Ideé a comprarme
una libreta --
PALACIOS: ¿Ah, sí?
RAMÍREZ: -- pequeña, y un lápiz. Entonces, siempre lo traía en la bolsa, y
cuando de ello, por ejemplo, un martillo, “Hey, David. ¿Cómo se llama esto
en inglés?” Y ya me decía, y, “Hey, escríbemelo aquí.” Y, pues ya, de
00:07:00hecho, el señor era buena gente. Como que sí tenía paciencia --
PALACIOS: Sí.
RAMÍREZ: -- para enseñar. Y ya me escribía. Entonces, si de repente yo oía
que me hablaban, y a lo mejor no le entendía nada, pero le entendía yo
martillo. “O, martillo,” ya iba yo corriendo --
PALACIOS: O, ahí sí.
RAMÍREZ: -- por el martillo, verdad. Y cositas así, lo más indispensable,
traté de írmelo grabando, grabando, grabando, grabando. Y, luego una vez en
una tienda mexicana, me encontré un librito de español e inglés, y pues lo
empecé a ojear, y me gustó porque empieza a separar todo. Entonces, se me hizo
un libro bien, pues que iba yo a aprender. No, sí me ayudó bastante ese libro.
00:08:00Empecé a darme cuenta de los, las, y por qué, y cuándo, y ve.
Lo más sencillo del inglés, y bueno, con el tiempo el oído también se va
acostumbrando, verdad. Entonces, empieza uno a separar las letras poco a
poquito, poco a poquito, poco a poquito. Y así, así trabajando, trabajando. Y
a veces en las noches cuando ya hay que ir a dormir, un ratillo agarraba el
libro y me ponía yo a pensar en letras o palabras que más se necesitaban en el
trabajo, y así. Así poco-a-poco.
PALACIOS: ¿Así aprendió?
RAMÍREZ: Así poco a poquito. Y, pues siempre me ha gustado lucharle porque
como que no me gusta depender así de otra persona. Siempre ser mi propio--
PALACIOS: Su propio jefe. ¿Y después de la construcción, entonces empezó
00:09:00con el restaurante, o cómo fue eso?
RAMÍREZ: Pues, le digo, yo trabajé muchos años en construcción. En el 2007
empezaba lo de la recesión.
PALACIOS: Sí.
RAMÍREZ: Entonces, tuvimos ciertos problemas económicos, y los salarios de la
construcción bajaron drástico. En esos días, yo trabajaba en una compañía
que se llama Precision de Atlanta. Hicimos el banco que está aquí en Dougherty
donde está el departamento donde saca uno los permisos de construcción. En
frente ese banco que está ahí. Ese lo trabajé con Precision desde el flooring, desde un principio, hasta que se entregaron las llaves.
Y, bueno, fue bueno ese trabajo. Ya después de ahí, fuimos a Atlanta a
00:10:00trabajar a Cherokee, y ahí hicimos un domo de basketball para una escuela
privada. Parte; lo que es concreto lo hicimos nosotros. Después de ahí, fuimos
-- ¿Dónde está la universidad de los soldados cómo se llama? -- de
Gainesville para allá. No me acuerdo. Bueno, el chiste es que son 75 millas de
aquí a allá, y son 150 millas de manejar todos los días. Dos semanas, y pues
vi que no, no, no me rendía el dinero porque, pues gastaba mucho.
Además, eran muchas millas para el carro. Le dije a la compañía que me
ayudara con los gastos, y no quisieron. “OK. Está bien. Entonces, ya no
trabajo.” Dice, “No, no te preocupes.” Dice, “Si quieres un poco, porque
00:11:00ahorita no tenemos dónde ponerte,” dice, “pero en 15, 20 días tenemos un
proyecto en la universidad. Y, bueno, cuando lleguemos, pues ya regresas a
trabajar.” “OK. Sí, así quedamos,” y ya me vine, pensando en que yo
aquí iba a agarrar trabajo porque aquí la universidad tenía los proyectos.
El que está ahí donde termina Baxter a mano derecha, y ahí estaban trabajando
ese edificio, y había otro. No me acuerdo, pero había como dos o tres
proyectos. Yo pensé, dije, “Bueno, pues ahorita agarro trabajo en Athens,”
pero, no, pues mi sorpresa fue de que no. Sí me daban trabajo, pero pues como
labor, verdad, y bueno, pues de repente --
PALACIOS: No le alcanza.
RAMÍREZ: -- muy poquito dinero. No alcanza. Y, pues para eso, pues la verdad,
en ese entonces mi esposa, pues también buscando la manera de solventar la
00:12:00situación económica. Empezó en la casa vendiendo gorditas, sopes, taquitos
entre los amigos, y pues, sí, la verdad nosotros así empezamos. Pasaron 15
días, 20 días, y yo no conseguía trabajo, y pues los biles no esperan.
PALACIOS: No.
RAMÍREZ: Hay que buscar la manera. Y, bueno, un día se nos ocurrió salir a
venderles comida en la construcción, verdad, y pues nos empezamos a dar cuenta
que la comida era negocio. Y de repente ya se llegó el 2008, y empezó la
recesión, y vamos, si yo ganaba $17 como carpintero, los salarios bajaron a
00:13:00$11, $12 la hora porque las compañías no tenían dinero para pagar mucho.
Entonces, me acuerdo que una vez llegó -- porque yo fui a entrevistarme con una
compañía para volver a entrar a trabajar. Cuando yo estaba haciendo el test de
safety, llegó el dueño de la compañía, y los junto a todos, los que ya eran
trabajadores del grupo, y les dijo, “Lo siento, pero no les puedo pagar lo que
les estoy pagando. El que quiera ganar a $12, que se quede, y el que no, que se
vaya porque no hay para ganar.”
Entonces, como que me desanime porque un carpintero en aquel entonces ganaba
$17, $18 más o menos. Y como ya habíamos probado lo del trabajo de la comida,
bueno, pues vamos a meternos a la comida, y empezamos a trabajar fuerte, fuerte,
00:14:00fuerte. Tuve problemas. Nos agarraban los inspectores. A ella una vez ya se la
llevaban a la cárcel. Bueno, a los dos, pero la primera vez a ella --
PALACIOS: Wow.
RAMÍREZ: -- por andar vendiendo comida en la calle porque, pues sí, sabemos
que no está bien. Es ilegal, pero desgraciadamente, la familia necesita comer,
y en ese entonces, mis hijos eran chiquillos, todavía en la escuela. ¿Sí,
verdad? Todavía estaban en la escuela. Y, pues nomás trabajábamos los dos.
PALACIOS: ¿O sea, así empezaron; cocinando en casa?
RAMÍREZ: Ya después, un día veníamos bajando aquí mi hija y yo. Yo ya
andaba con la idea de buscar un lugarcito por lo mismo que los inspectores nos
decían que no se podía hacer. Entonces, yo pensaba, “Si tengo un local, pues
voy a sacar un permiso, y bueno, yo ya tengo un permiso para vender comida.”
00:15:00Como que pensaba que la cosa sea más legal, que fuera más legal. No caer en --
PALACIOS: Claro.
RAMÍREZ: -- pues algo que no está bien. Aquí era salvadoreño en ese
entonces. Se llamaba Antojitos Salvadoreños. Veníamos bajando, y le dije a mi
hija, le digo, “¿No nos rentarán ese local?” ¿Por qué me gustaba? Porque
aquí está el señor Samuel Espinoza enfrente; los amigos latinos, los amigos.
Y él tiene mucha clientela hispana, y el west, lo que es ésta parte de Athens,
pues vivimos prácticamente puros hispanos.
PALACIOS: Todo el área.
RAMÍREZ: El área. Entonces, por eso como que me gustó. Me llamó la
atención éste lugar porque, pues bueno, visitan al señor Samuel, que porque
le iban a pagar el carro, como tiene dealer, y tiene la tienda. En aquel
00:16:00entonces, el señor Samuel cambiaba muchos cheques. Venían, y pues les cambiaba
su cheque a la gente porque le compraban sus víveres para el hogar.
Y yo decía, “Bueno, pues que se den una pasadita por aquí,” y sí, así
fue. Ya venimos con la señora, y negociamos, y nos pusimos aquí a trabajar. Yo
me acuerdo la primera vez que ya habíamos abierto, me senté ahí, y dije,
“Ya tengo restaurante. ¿Y ahora quién va a venir?” Y, pues sí, nos
pasamos bastante tiempo batallando. Yo creo que como año y medio trabajando sin
ganar un peso.
PALACIOS: ¿O, un año y medio?
RAMÍREZ: Nomás la renta y los gastos de la casa, y a veces ni siquiera los
gastos. A ella le pagaba yo los loans. Yo pago los loans. No eran muchos. Tres,
00:17:00cuatro nada más porque, pues para qué. Y los miércoles, “Hey, mija, dame su
cheque porque no alcanzó,” y así, pues nada más dándole vuelta al dinero,
dándole vuelta al dinero. Pero, bueno, con el tiempo, aquí hay una banda, no
sé si todavía existe. Son unos americanos.
Uno de ellos tiene el pie enfermo. Camina así. Y ellos una vez vinieron a
comer, y los entrevistó una revista, verdad, o algo. Una revista o algo, y les
preguntaron a ellos que dónde eran su lugar preferido para comer, y dijeron que
había un lugarcito donde la comida estaba bien rica, que era mexicana, pero que
lo querían conservar en secreto, pero eso ayudó.
00:18:00
Ayudó porque la gente como empezó, empezó poco a poquito. Fue cuando me di
cuenta que de éste lado tenía yo mercado también. Bueno, pues vamos a
trabajar para acá también, y empezamos a lucharle. En ese entonces, mi hijo
estaba chiquito, y nos íbamos al centro. Hice flyers chiquitos. Se los dábamos
en la mano. Como jugando agarrábamos, y poco, a poco, a poco fue empezando a
venir al gente.
Y, pues la cocinita siempre preocupándonos, pues porque tenga un buen sabor. A
lo mejor no al 100, verdad, pero sí tratar de que tenga un buen sabor la
comida. Y, pues también pensamos, porque siempre ha sido mancomunado en que
deberíamos de tener algo diferente a lo que-- En el pueblo hay mucho
00:19:00restaurante mexicano.
PALACIOS: Sí.
RAMÍREZ: Ya está Barbaritos Cali and Titos, Agua Linda, Los Compadres, y
otros, verdad, pero casi todos cocinan lo mismo; Tex-Mex, Tex-Mex, Tex-Mex.
Entonces, no es una comida muy original, muy mexicana. Entonces, me puse a
pensar, “Si yo voy a hacer lo mismo que están haciendo ellos, a la gente le
va dar lo mismo ir para allá que venir para acá.”
Y como ellos tienen más prestigió porque tienen más dinero y mucho más
tiempo trabajando, bueno, pues nunca se van a fijar en nosotros. Entonces, por
eso la idea de que la comida sea más auténtica, más mexicana.
PALACIOS: Eso le iba a preguntar. Si la comida que ustedes hacen, de qué tipo
de comida, cosas preparan.
RAMÍREZ: Mexicana. Digamos, un 70%, o a lo mejor un poquito más, un 80%
00:20:00mexicana, pero también tenemos comida centroamericana, lo que es salvadoreña.
¿Por qué? Porque la señora que nos vendió o nos traspasó el local es
salvadoreña, y ella hacía comida salvadoreña. Y ella nos recomendó que no
dejáramos de hacer pupusas, tamales salvadoreños, y algunos platos de la cena,
del dinner, como Mi Metapán, y El Montañero, y unos camarones.
En un principio, teníamos bastante salvadoreño, o sea, otros diferentes
platos, pero con el tiempo, pues hemos ido depurando lo que no se vende, y dejar
lo que sí se vende. Entonces, ahorita tendremos unos seis, siete, ocho platos
salvadoreños, y pues las pupusas que para nosotros han sido --
PALACIOS: Sí.
RAMÍREZ: -- algo muy, muy porque a la gente, y no voy a decir a los
00:21:00salvadoreños, a todos, a los mexicanos, a todo el mundo les gustan las pupusas.
Ha sido algo que sí nos ha ayudado bastante. La mezcla de las dos comidas, a
mexicana y la salvadoreña, nos ha beneficiado bastante, verdad. Hemos
trabajado, por ejemplo, en la cocina, pues la señora siempre observando. Tenía
yo una trabajadora, una señora, que nos venía a ayudar a trabajar.
Era salvadoreña ella, y digamos, que ella les enseñó a ellas a procesar lo
que es salvadoreño, como los chicarrones, los frijoles porque de repente, pues
llevan otros condimentos. Y ya ellas lo fueron perfeccionando más, y más, y
más, y más, al grado de que ahora, algunos dicen que están más buenas que
las pupusas que hacen los mismos salvadoreños. A mí me da, pues gusto, no,
00:22:00porque digamos que hemos superado un poquito, verdad, pero ha sido bueno, ha
sido bueno.
PALACIOS: ¿Ha sido bueno?
RAMÍREZ: Hay mucho trabajo. Ahorita, pues ya nos damos un poquito de más
tiempo porque, pues a mí me da miedo enfermarme. Yo no me quiero enfermar, y si
estamos siempre pegados, pegados, pues puede pasar, no. Pero en un principio,
nosotros llegábamos aquí a las 8:30 de la mañana, y a preparar --
PALACIOS: ¿Todos los días?
RAMÍREZ: -- y a preparar, y en ese entonces, cuando empezábamos, íbamos a
vender a la construcción porque, pues aquí no llegaba gente. Aquí vendía yo
$100, $200. Entonces, no sacaba ni siquiera para pagar los biles. Y, bueno, pues
hay que buscar el dinero. Y salíamos a vender a las construcciones, y pues eso
00:23:00nos ayudó bastante. Entonces, llegábamos a veces aquí a las 7:00 de la
mañana a preparar rápido, preparar rápido, rápido, y ya porque en la
construcción son cinco minutos.
O sea, pun, pun, rápido, rápido. “Yo quiero éste, el otro, el otro,” y
vámonos, vámonos, y ya, se acabó. Ya regresábamos. A veces regresábamos a
las 12:00; a la hora de lunch, y de nuevo, a vender otro poquito. Y ese dinero,
pues ya nos ayudaba a los biles. Yo siempre decía, “Si el cliente no viene a
mí, pues yo voy a buscar al cliente,” verdad. Entonces, hacíamos hoyas de
pancita. Para nosotros los mexicanos, la pansa es--
PALACIOS: ¿Ah, sí?
RAMÍREZ: Especialmente cuando tomamos mucho el día anterior. Entonces,
hacíamos pansa, caldito de res, y lo poníamos en unos contenedores, y
salíamos, pues a las vecindades, a las colonias, y bueno, pues a ver quién
00:24:00quería. Y sí, sí se vendía. Tratamos de buscar, buscar porque, pues de
repente, pues era la recesión.
PALACIOS: Sí.
RAMÍREZ: La gente no tenía dinero, no gastaba mucho dinero, y
así. Así nos mantuvimos, nos mantuvimos, nos mantuvimos, y hasta que, bueno,
pues ahorita gracias a Dios, digamos, que le hemos llegado al gusto a la gente.
Le hemos llegado al gusto.
PALACIOS: ¿Y la gente que viene al restaurante; qué tipo de personas son más
o menos? ¿Cómo eso ha variado con el tiempo? ¿Es más mexicano o latino que
americano, o cómo es?
RAMÍREZ: No, yo creo que es más americano.
PALACIOS: ¿Sí?
RAMÍREZ: Es más americano. No sé, el americano, yo siento como que se enfoca
00:25:00más en lo que es su negocio, su trabajo, que perder el tiempo para guisar en su
casa y comer en su casa. Yo veo aquí que hay americanos que son de todos los
días. No consumen mucho. Consumen lo que es el lunch, pero es frecuente,
diario, diario, diario. O si no diario, por lo menos tres, cuatro veces a la
semana. Los mexicanos, en sí, somos así, o sea, los hispanos. A las señoras
les encanta guisar en la casa.
PALACIOS: Sí.
RAMÍREZ: Entonces, el hispano sale más bien el fin de semana a comer --
PALACIOS: Sí.
RAMÍREZ: -- bueno, con la familia, verdad, pero es una vez a la semana. Claro,
el día que sale a comer, que el Molcajetaso, que los camarones. Tratan de comer
lo más caro.
00:26:00
PALACIOS: Sí.
RAMÍREZ: Es un día a la semana, pero-- Y, bueno, la gente de la construcción
nos sigue beneficiando.
PALACIOS: ¿Ustedes siguen vendiendo comida en la construcción?
RAMÍREZ: No, ellos vienen.
PALACIOS: ¿Ah, ellos vienen?
RAMÍREZ: Sí, nosotros ya no vamos.
PALACIOS: OK.
RAMÍREZ: Ahora, ellos vienen.
PALACIOS: Sí.
RAMÍREZ: Sí. De hecho, hay grupos que ya se viene la hora de lonche, y ya nos
llaman por teléfono, “Hey, yo quiero esto. Yo quiero el otro. Yo quiero el
otro,” y a nosotros nos ha gustado estar atentos, no --
PALACIOS: Sí.
RAMÍREZ: -- porque sabemos que ellos tienen poco tiempo para venir, comer, y
regresar a trabajar. Y siempre luchamos por que lonche sea rápido, rápido. No
tardar a la gente para que regresen a trabajar. Entonces, como que eso le ha
gustado a la gente, verdad, porque viene y come rápido, “Nos vemos,” y se
van a trabajar.
PALACIOS: Claro, ordenan por teléfono.
RAMÍREZ: Ordenan por teléfono, y ya cuando llegan aquí, ya prácticamente
tienen la comida en la mesa, y comen, y se van a trabajar. Sí.
00:27:00
PALACIOS: Muy bien.
RAMÍREZ: Y, bueno, siempre tratando de crear una familia con nuestros
clientes, no. Usted sabe, la guasa, el piropo a veces, o el chiste. Tratamos de
que la gente se sienta a gusto con nosotros.
PALACIOS: Y las personas que trabajan con ustedes algo me habían contado que
es como un negocio familiar.
RAMÍREZ: Sí, prácticamente es familia; mi esposa, mi cuñada, mi hija, mi sobrina.
PALACIOS: ¿Y qué hace cada una?
RAMÍREZ: Bueno, mi esposa, mi cuñada trabajan en la cocina. Mi hermano
trabaja lavando los trastes. Mi hija me ayuda aquí. A veces me ayuda con lo de
los papeles y cosas de esas. Me ayudan en la caja. Mi hijo, el pequeño,
también me ayuda el fin de semana. A él, cuando se me pone muy lleno, yo ando
00:28:00ayudándole a los meseros, y él se queda cobrando. Pues, sí, realmente es familiar.
PALACIOS: ¿Sí?
RAMÍREZ: No incluimos mucho gente que no, principalmente porque nosotros nos
conocemos, verdad, y digamos, como que nos tenemos confianza.
PALACIOS: ¿Sí? ¿Es una dinámica buena?
RAMÍREZ: Digamos que todos tenemos la misma mentalidad de sacar el negocio
adelante porque del mismo, nosotros estamos viviendo, verdad, económicamente.
PALACIOS: Sí. ¿Y eso ha crecido? ¿Usted piensa que el negocio ha crecido --
RAMÍREZ: Sí.
PALACIOS: -- durante estos años?
RAMÍREZ: Sí, sí, sí. Ha crecido. Sí, yo veía el balance, bueno, en las
taxes anteriores. Veía el balance del 2014 comparado con el 2015. No es una
00:29:00cosa que ha sido, pero sí subió un 20%, un 30%. Hay una diferencia de un 20%,
30% --
PALACIOS: ¿Sí?
RAMÍREZ: -- de un año anterior al siguiente. Y ahorita, estamos trabajando lo
de los impuestos de éste año, y lo mismo, se ve un balance un poquito más alto.
PALACIOS: ¿Y cómo ha sido la relación con la comunidad?
RAMÍREZ: O, buenísimo.
PALACIOS: ¿Sí?
RAMÍREZ: Me encanta porque a mí me da gusto cuando ando en Walmart, Lowes, o
bueno, cuando ando haciendo mis trabajos, y que de repente alguien me ve, y,
“Hey, Tlaloc. ¿Cómo estás, Tlaloc? Hey, Tlaloc.” No, no, es una cosa--
PALACIOS: ¿Sí?
RAMÍREZ: Sí, me gusta. Y los jóvenes de la universidad, bueno, a mí me
gusta porque son jóvenes, y de repente hay gente que tiene dinero --
00:30:00
PALACIOS: ¿Sí?
RAMÍREZ: -- y más sin embargo, viene. Nuestro negocio es, pues bien humilde.
No tiene lujos. Entonces, sí me gusta que no es como nuestros países, verdad.
Allá se refleja mucho el que tiene y el que no tiene. A un negocio humilde como
el nuestro la gente de dinero no va.
PALACIOS: Wow.
RAMÍREZ: La vanidad de que, “No, pues, no, cómo voy a ir ahí,” verdad. Y
aquí, no. Aquí digamos que tengan o no tengan, vienen y de repente el
cumpleaños, y las mañanitas --
PALACIOS: ¿Ah, sí?
RAMÍREZ: -- y blah, blah, blah. A veces hasta nos ponemos a bailar un poquito.
PALACIOS: ¿Ah, sí?
RAMÍREZ: A mí me encanta bailar.
PALACIOS: ¿Ah, sí?
RAMÍREZ: Y, bueno, pues tratamos de que tengan un momento, pues lo agradable,
que se la pasen bien, y pues yo también me la paso bien porque me divierto --
00:31:00
PALACIOS: Sí.
RAMÍREZ: -- cuando los veo que andan bailando. Me gusta a mí. Me gusta el
ambiente, pues de lo que es un joven. Sí.
PALACIOS: ¿O sea, que son los estudiantes que también vienen?
RAMÍREZ: Sí. El estudiante yo creo que harían un 50% de nuestro mercado. Y,
bueno, la gente del pueblo, los que viven en el pueblo; que el que trabaja con
el doctor, que el que trabaja-- Muy, muy buenos clientes. Muy buenos clientes.
Yo honestamente en estos seis años no tengo que decir alguien ni se portaron
mal, ni nos han creado un problema. No tengo queja de nadie. Ni de un hispano,
ni de un--
En un principio, cuando yo empecé el negocio, pensé en no vender licor. Mi
00:32:00idea era un espacio familiar nada más, sin alcohol, porque pensábamos que el
alcohol crea problemas, ya tomados. Especialmente los mexicanos ya tomados son
bien bravos. Se les sube. Pero no, fíjese que no. Bueno, decidimos sí vender
alcohol porque a veces venían.
Nosotros somos muy adictos a decir, “No, pues hoy me tomo un caldito o un
menudo, y con unas dos cervecitas, y bien a gusto,” verdad. Entonces, venía
la gente y me decían, “Hey, pues sírveme un caldito.” Mi Toño algunos.
“Mi Toño, sírveme un caldito.” “No, pues órale.” “Y una
Modelito.” “Híjole, no vendo cerveza.” “O, man. Yo venía con la
intención de--” Y agarraban, se levantaban, y se iban. “Ahí cuando tengas
cerveza me avisas,” verdad.
00:33:00
PALACIOS: ¿Y se iban?
RAMÍREZ: Y, entonces se iban. Entonces, fue como decidimos que, pues, bueno,
vamos a vender cerveza. Cuando empezó a venir el americano, y me empezaron a
preguntar por las margaritas del alcohol, “Pues, no, no vendo alcohol.”
Algunos me decían, “Man, un restaurante mexicano sin alcohol, no es
mexicano.” “OK.” Espérenme un poquito. Espérenme un poquito.
PALACIOS: ¿Bueno, entonces qué pasó con la margarita?
RAMÍREZ: O, pues, bueno, pues ya ideamos, planeamos sacar la licencia para el
alcohol, verdad, y, bueno, nos ha ayudado poquito. Porque, pues a veces la gente
00:34:00viene, se come un combo, por ejemplo, y se toman una margarita porque no vienen
a ponerse. No, la verdad la gente es respetuosa.
Bueno, sabemos que el policía está allá afuera esperando a ver si andamos
borrachos, verdad. Y, pues no, no, que digamos bien, no. Una, de repente dos,
pero es raro el que se toman dos, verdad. Pero viene, se comen un combo, y lo
acompañan con una margarita, y bueno, es un poquito más de económico.
PALACIOS: ¿Y tienen ustedes alguna especialidad de Tlaloc?
RAMÍREZ: Las Fajitas el Mexicano.
PALACIOS: ¿Sí?
RAMÍREZ: También el Molcajetaso. Es algo que a nosotros nos ha-- A mí a
veces me da gusto ver. El Molcajete es una piedra. Es una piedra que le dieron
forma. Allá en México es nuestra, cómo se llama, blender. Allá en México es
00:35:00nuestra blender porque se tuestan los tomates, y los chiles, y el ajo, y la
cebolla, y ahí con una piedra, ahí se machaca y se muele. Es nuestra blender.
PALACIOS: Sí.
RAMÍREZ: E ideamos que, bueno, pues a lo mejor se vería bien, y empezamos.
Nos ha ayudado bastante. Nos ha ayudado.
PALACIOS: ¿Pero qué hacen con el blender ésta?
RAMÍREZ: Ahí servimos el Molcajetaso.
PALACIOS: ¿Y qué es el Molcajetaso?
RAMÍREZ: El Molcajetaso. ¿Por qué el Molcajetaso? Porque es la piedra que
así se llama. Es un nombre real; molcajete. Se llama molcajete. Es una palabra,
pues indígena de alguna lengua mexicana, verdad, de las indígenas. No sé si
00:36:00es Otomí, o no sé. Hay muchas lenguas, pero es una palabra autóctona mexicana.
PALACIOS: ¿Y lo que sirven en el molcajete?
RAMÍREZ: En el mismo molcajete hacemos una salsa así molida como si fuera
para mexicanos, verdad. Entonces, lo calentamos, y bueno, lleva pollo, lleva
camarones, lleva nopalitos, nopales cactus, chorizo, dos pedacitos de costilla
de res. ¿Qué más? Costilla de puerco, perdón. No de res, de puerco. Una
quesadilla de queso, y chiles toreados, o sea, de los jalapeños, y la cebollita
las cambray, las pequeñas, igual, las guisamos, las abrimos, y las ponemos, y
00:37:00pues va a acompañado con su arroz, sus frijoles, y le ponemos tortillas.
PALACIOS: ¿Y lo sirven en el--?
RAMÍREZ: Sí, se sirve en el molcajete, y pues a la gente como que le gusta
ver el molcajete, aparte de que, pues lleva bastante comida y de diferente.
Lleva comida del mar y comida de la tierra combinado, y la salsa. Especialmente
la salsa de adentro le da un sabor bien diferente, bien diferente.
PALACIOS: Muy bien.
RAMÍREZ: Y a la gente le ha gustado bien mucho.
PALACIOS: Sí.
RAMÍREZ: A veces vienen americanos, y, “Un molcajete. Otro molcajete. Otro
molcajete.” Cuando yo empecé a vender mi comida, unas de mis muchachas me
decía, “No, a los americanos eso no les gusta. Ni lo conocen.” “Bueno,
pero lo tienen que conocer,” yo decía. Por ejemplo, aquí en el pueblo no
00:38:00había un restaurante que vendiera sopes, gorditas, huaraches, que es comida
bien tradicional de la Ciudad de México. Se consume mucho. Pambazo; el pambazo
es un plato bien tradicional mexicano, digamos, digo yo, bien chilango, verdad --
PALACIOS: Sí.
RAMÍREZ: -- de la Ciudad de México. No lo vendía nadie. Y por eso decían,
“No, pues si esa comida ni la conocen,” pero está rica. Está buena.
PALACIOS: Sí.
RAMÍREZ: Y ahora, sí me da gusto ver cómo agarran sus sopes, y están
mordiendo su sope, y sí les gusta. No a todos, verdad, porque --
PALACIOS: Hay para todo.
RAMÍREZ: -- debe de haber para todo, verdad, pero sí, sí me gusta ver que
les ha gustado la comida.
PALACIOS: Bueno. Bueno, vamos a pasar ahora a la señora, pero bueno, muchas
gracias --
RAMÍREZ: No, no. Sí, gracias.
PALACIOS: -- por su entrevista, y me alegra mucho que sea un éxito Tlaloc.
00:39:00
RAMÍREZ: Con la bendición de Dios.
PALACIOS: Sí.
RAMÍREZ: Con permiso.
PALACIOS: Gracias, sí.
RAMÍREZ: O, no, no. El teléfono.
[EL FIN DE LA ENTREVISTA]